ni siquiera yo lo se

me tapé la boca para que no se me escaparan las palabras, tenía demasiado miedo a que dijese algo que no quería. sabía que siempre hablaba antes de pensar y aprendí a controlarlo poniendo mis manos sobre mi boca. el problema era que a veces mi cerebro chillaba tan fuerte, que ni eso servía para que la gente no oyera lo que realmente pensaba. ese día pasó sin poder yo controlarlo diciendo que te amo